Pagina 1ª (oraciones)

                    


PADRE NUESTRO DE HOY

Padre nuestro,
que no estás en un cielo lejano,
sino aquí, junto a tus hijos,
especialmente con los más necesitados.

Quiero alabar tu nombre,
como creador de toda la naturaleza
y del hombre y de la mujer,
a los que has hecho a tu imagen y semejanza.

Ayúdanos a hacer tu Reino aquí en la tierra,
pero que sea con nuestro esfuerzo,
a pesar de todas nuestras contradicciones.
Y que esta construcción de tu Reino
sea como tu quieres:
un Reino de justicia y equidad,
donde todos tengamos nuestras necesidades cubiertas
y a nadie le sobre nada.

Haz, Padre, que todos podamos conseguir el pan
o cualquier alimento necesario,
y todo lo que necesitamos para tener una vida digna.
Pero que sea con nuestro trabajo,
porque el pan con esfuerzo es más pan.

Te pedimos, Padre, que nos perdones
nuestros egoísmos, nuestras incomprensiones
y todas nuestras faltas de sensibilidad hacia los demás,
así como nuestras omisiones
en el proceso del Reino
y nuestras actuaciones contra la belleza de tu creación.

Te lo pedimos con nuestra intención de perdonar
a todos los que nos ofenden,
y de no retener en nuestro interior ningún resquemor,
y de tener siempre los brazos abiertos a todos.

No dejes que deseemos riquezas o bienes
que no necesitamos.
Que a nadie le falte lo necesario,
porque nadie debe de tener lo superfluo.

Y líbranos de estar cansados o agotados en nuestra labor,
porque siempre hay algo que hacer,
hasta que llegue tu Reino.

  
QUIERO ESTAR A TU LADO 

¡Padre! Déjame estar a Tu lado:
En silencio.
Para que nada mitigue Tu voz.
Para que pueda escucharla a través de los más desfavorecidos.
¡Tú eres el que me hablas!
Déjame, quiero estar a tu lado.

¡Padre! Déjame estar a Tu lado:
Con humildad.
Para que reconozca mi pequeñez.
Para que no absolutice mis ideas.
¡Tú eres el absoluto!
Déjame, quiero estar a tu lado.

¡Padre! Déjame estar a Tu lado:
Contemplando Tu obra.
La maravilla de la vida.
A pesar de que nosotros los hombres la vamos destruyendo.
¡Tú eres la vida!
Déjame, quiero estar a tu lado.

¡Padre! Déjame estar a Tu lado:
Sin pedirte nada.
Solo estando.
Para que no tenga excusas en mi compromiso.
¡Solo Tú sabes lo que me interesa!
Déjame, quiero estar a tu lado.

                   

GRACIAS PADRE

¡GRACIAS PADRE! Porque Tu nos has hecho a Tu imagen y semejanza, y aunque nosotros tratamos de hacerte a Ti a nuestra imagen, nos sigues diciendo: “Yo os haré mi pueblo, seré vuestro Dios y vosotros conoceréis que yo soy el Señor, vuestro Dios”  Ex. 6-7

¡GRACIAS PADRE! Porque Tu eres un dios de vida, y aunque nosotros seguimos creando conflictos y guerras para mantener el poder de unos cuantos y que provocan mucho dolor y muerte principalmente entre la gente más humilde, Tu a pesar de eso, nos recuerdas: “El lobo habitará con el cordero, el leopardo se    acostará junto al cabrito; ternero y leoncillo pacerán juntos , un chiquillo los podrá cuidar” Is. 11-6

¡GRACIAS PADRE! Porque Tu siempre nos has dicho que eres el único dios, que eras un dios celoso, pero nosotros construimos dioses a los que adoramos: al dinero, al lujo, al poder, etc. porque todos ellos nos dan prestigio entre los hombres, pero Tu nos anuncias: “Mirad: la virgen encinta da a luz un hijo a quien ella pondrá el nombre de Emmanuel” Is. 7-14

¡GRACIAS PADRE! Porque Tu nos dices que acojamos a los humildes, a los que nada tienen, pero nosotros construimos barreras para impedir que entren en nuestros países a los desheredados de la vida y cuando llegan con medios rudimentarios, muriendo muchos en el intento los devolvemos a su país de origen, pero Tu nos avisas: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de Dios” Mt. 5 -1

¡GRACIAS PADRE! Porque Tu nos dices que debemos ser personas comprometidas en la labor de Tu reino, que lo más importante es ser, y nosotros nos obsesionamos con el tener, hay que tener muchos objetos aun que sean superfluos, porque nos dan prestigio, es que valoramos mas el tener que el ser, pero Tu nos recuerdas: “Nada hemos traido a este mundo y nada nos llevaremos” 1Tim. 6-7

¡GRACIAS PADRE! Porque Tu nos dices que debemos amar incluso a nuestros enemigos, y no somos capaces de ello por nuestros egoísmos y preocupaciones, pero a pesar de todo cuando regresamos a Ti nos recibes diciendo: Traed el ternero cebado, matadlo y celebremos un banquete, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida” Lc. 15-23.

¡GRACIAS PADRE! Porque nos sabemos queridos por Ti, y a pesar de nuestros desvaríos Tu nos lo recuerdas diciendo: “Mira, en la palma de mi mano te llevo grabado” Is 49-16.

                                                                                                                                                 
NO ENTIENDO


Padre:
         Hay momentos en mi vida que me cuesta entender, es que siento la necesidad de hacer cosas, que no se de que impulsos me vienen, ni tampoco sé si todo esto me lleva a Ti y a tu Reino, o por lo contrario son sueños míos, todo lo hago en un sinfín de dudas, Padre, ¡porque!.
Y levantando un poco la vista, veo un manzano, era a principio de la primavera y empezaba a brotar y pienso:

Este manzano no sabe para ni porque brota, pero la fuerza de la primavera le empuja a que lo haga, y después sacará flores y estas se convertirán en fruto, pero hasta el último momento estará la duda de:
-Si un viento fuerte desgajará las ramas y malogrará el fruto.
-Si una helada tardía impedirá el proceso.
-Sí la fruta será gorda o pequeña

Padre:
          Empiezo a entender, pero. . . .
En todo lo que hago, siempre dudo, de sí lo hago para ensalzar a mi ego, o lo hago por Ti, si todo esto dará algún fruto algún día o simplemente son ilusiones mías que nada tienen que ver con tu proyecto, Padre, ¡porque!.
Y bajando un poco la vista, veo un manantial de agua clara que discurría plácidamente y pienso:

-El agua tiene como finalidad el dar vida.
-Cuando llueve, parte del agua cae directamente sobre las plantas y cumple su misión.
-Otra parte cae sobre laderas y discurre por arroyos y ríos hasta que encuentra un canal que la traslade a un campo para que cumpla su finalidad.
-Otra parte se filtra en la tierra hasta el subsuelo, por donde discurre por lugares desconocidos hasta que aflora y así poder dar vida.
-Y por último otra parte, que no ha podido hacerlo, va por los ríos hasta el mar, pero allí por efectos del calor se evapora y después se condensa y se transforma en agua y empieza otra vez el ciclo vital para el agua.

Padre:
         Voy entendiendo, pero. . . .
Con estas reflexiones me haces ver que las dudas sobre la veracidad de mis deseos me acompañará siempre, que la incertidumbre sobre la efectividad de mis actos siempre estará conmigo, que nunca tendré la seguridad de si estoy en lo cierto o en el error, tampoco sabré si servirá para algo en el proceso de la construcción del Reino, es duro de entender esto Padre, pero. .
Tratando de encontrar sentido a todo esto, cojo el evangelio de Juan, lo abro en él capitulo 3 y en el versículo 8 leo:

El viento sopla hacia donde quiere; oyes su rumor y no sabes de donde viene, ni a donde va. Así sucede con el que ha nacido del Espíritu.

Padre:
           Ahora si que lo entiendo.


PERDON

Perdónanos  Señor por todas las veces que ambicionamos tener mas y mas, como un medio para conseguir una situación de privilegio.

Perdónanos Señor por todas las veces que nos alteramos y respondemos a los demás con brusquedad,  malhumorados.

Perdónanos Señor por no sentir en nuestro corazón el dolor de los demás y mirar hacia otro lado para no ver sus situaciones de sufrimiento.

Perdónanos Señor por las veces que no sentimos la necesidad de la justicia con los más débiles, con los que sufren situaciones de necesidad ante el lujo y el despilfarro de la sociedad.

Perdónanos Señor por las veces que nos encerramos en nosotros mismos y no ofrecemos nuestra ayuda a los que la necesitan.

Perdónanos Señor por las veces que vamos con dobles intenciones, que no aportamos sinceridad hacia los demás. Por las veces que no amamos y cuidamos la naturaleza como parte de la creación.

Perdónanos Señor por todas las veces que tenemos miedo a enfrentarnos a los que producen la injusticia y pisotean los derechos de los hombres.

Perdónanos Señor por las veces que no somos capaces de oponernos a la injusticia con un talante de paz y concordia, siempre transmitiendo la verdad.
                                                              

                                                                               (jvidalte@yahoo.es)