Página 4ª Sobre el Reino de Jesús

                  


HAGAMOS TU REINO SEÑOR


La pregunta quizás sea el saber cual es el reino que tenemos que hacer, porque a lo largo de la historia cuantos no ha habido que con la excusa de construir ese reino han esclavizado, oprimido y matado sin compasión a sus hermanos disidentes, pero no nos engañemos esa gente no estaban construyendo el Reino, estaban construyendo su reino.

Jesús nos transmitió unos principios que son la base para poder hablar del Reino, y solo teniéndolas presente es como podemos diferenciar si estamos hablando del Reino de Jesús o de otro reino.

Pero hablar del Reino no es posible con nuestro idioma, es un idioma racional y el Reino traspasa los limites de la racionalidad, nuestro idioma es concreto y el Reino es como un gran sueño, por eso para tener alguna idea del Reino, tenemos que abrir nuestra mente y empezar a soñar; pero no puede ser un sueño que nos evada de la realidad, sino que sea capaz de transcenderla, no puede ser un sueño que nos cree ilusión, sino que nos haga ver el sentido y ser de nuestra vida. Pienso que no es posible captar las claves del Reino si no somos capaces de soñar.

Jesús para hablarnos del Reino, siendo consciente de las limitaciones del idioma, para describirlo empleo la formula ideal: las parábolas, que vienen a ser como grandes sueños, pero ahí están dándonos las claves para entender el Reino.

En una parábola Jesús nos transmitió, que el Padre no iba a intervenir durante el proceso de construcción del Reino, “No sea que al querer arrancar la cizaña, arranquéis con ella el trigo. Dejad que ambas crezcan juntas hasta la siega”, Mt. 13, 29-30.
En otra nos dice que el Padre nos está esperando con los brazos abiertos a cualquier proceso que iniciemos de arrepentimiento y conversión, pero que tenemos que ser nosotros los que reconozcamos que nuestro sitio está con el Padre, “¡Cuantos jornaleros de mi Padre tienen pan en abundancia y yo aquí pasando hambre!”  Lc. 15, 17.
Hay una parábola que nos dice que no tenemos la primicia del Reino, es mas que a lo mejor nos lo “creemos demasiado” y nos podemos quedar en la calle. “Id, pues a las salidas de los caminos, y a cuantos encontréis , llamadlos a la boda” Mt. 2,9.
Pero hay una parábola en la que nos describe el Reino con mucha nitidez, dando a todos lo mismo, un denario, sin tener en cuenta el tiempo trabajado, pues en el Reino no habrá privilegiados, ni lideres, ni nadie que reciba o tenga mas que otro. “Dijo a su administrador: Llama a los obreros y dales su salario, desde los últimos hasta los primeros, ....  Y a todos les dio un denario” Mt. 20, 8-13
 El Reino no se nos va a dar hecho, sino que tenemos que realizarlo nosotros con nuestro trabajo cotidiano.  “La mies es mucha y pocos los obreros” Lc. 10, 2; también con nuestro ejemplo de vida. “Alababan a Dios, y todo el mundo los estimaba. El Señor iba incorporando a la comunidad cuantos se iban salvando” Hch. 2, 47.
Hay momentos, en los que a nosotros nos parecen negativos, pero realmente muchas veces es en esos momentos en los que el Reino se está construyendo, es que la prisa del Padre no coincide con nuestra prisa, y los caminos que emplea generalmente son torcidos, otras veces nuestro trabajo, por pequeño nos parece inapreciable, pero de su pequeñez se hace el Reino en plenitud.” Un grano de mostaza que toma uno y lo siembra en su campo; y con ser la más pequeña de todas las semillas, cuando ha crecido es la más grande de todas las hortalizas”. Mt, 31-32
También nosotros definimos al compromiso de lucha por la justicia como una forma de construir el Reino, pero eso no es el Reino, en todo caso sería un estado previo, necesario, pero no definitivo por lo que requiere su superación, el Reino es mucho más, es una situación que llena plenamente al hombre en todos los sentidos, y en el que la justicia no es una necesidad, porque se ha superado la injusticia. “Habitará el lobo con el cordero y el leopardo se acostará con el cabrito y comerán juntos el becerro y el león”. Is. 11, 6.

Y es que el Reino no es un estado para después de la muerte y que está en no sé que lugar, el Reino somos nosotros y nuestra misión es desarrollarlo aquí. “Ni podrá decirse: Helo aquí o allí, porque el Reino de Dios está dentro de vosotros”, Lc. 17, 21. La esperanza que nos tiene que mover es  que habrá un día en que el hombre lo hará posible, que aunque a nuestra generación no va a verlo hecho realidad, si que nuestro trabajo y nuestro convencimiento pueden dejar el poso suficiente para que se vaya gestando y cuando se desarrolle plenamente todos los que lo hemos precedido, también participaremos de Él.

Es posible que nos preguntemos que para cuando será, que nuestra impaciencia nos abrume, pero hay que tener en cuenta que para que el Reino sea realidad es necesario que soñemos, que nuestra imaginación se convenza de que es posible, es mas, de QUE VA A SER POSIBLE UN DIA. Jesús en relación o la proximidad o lejanía del momento en que sea realidad el Reino dijo: “Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no sabéis discernir las señales de los tiempos” Mt. 16-3.

Teniendo en cuenta todo esto levanto la vista y veo los signos de mi tiempo, veo un mundo en el que unos pocos tienen mucho y muchos tienen poco o nada y que esto provoca tensión, que las guerras son cada vez con medios mas sofisticados, que estamos contaminando y destruyendo la naturaleza que ...... y entonces digo, esto se parece a:



Mirad:
Un Señor que se tenía que marchar de viaje, pidió a sus súbditos que eligieran a sus representantes, para que repartieran su hacienda, una vez elegidos estos el Señor se marchó dejando su hacienda para que fuese repartido entre todos, consistía en una gran mansión en la que había una habitación para cada uno, solamente una, pero para todos había una.
Una vez solos estos representantes decidieron que como forma de mantener el poder, elegir las mejores y el mayor número posible de habitaciones.
Después y como forma de protección decidieron el elegir a las personas mas afines a los que les dieron un numero variable de habitaciones según su grado de fidelidad.
A continuación dieron a aquellos que no ponían problemas al sistema una habitación a cada uno hasta que se acabaron estas, y prometieron tanto a estos como a los anteriores que según su fidelidad y tal y como fueran quedando libres habitaciones tendrían la posibilidad de ir accediendo a más.
Después y de la gran multitud que se había quedado sin habitación eligieron a un gran grupo que estimaron poco conflictivo y les dejaron aposentarse en el establo, eso si también les prometieron que según fueran adquiriendo méritos tendrían la posibilidad de ir logrando habitaciones.
Y al resto lo echaron a la calle.
Sucedió que con el tiempo hubo personas que iban cayendo en desgracia con el sistema, y entonces las habitaciones que tenían se las quitaban, una parte se la quedaban los administradores y el resto lo iban adjudicando a los mas afines, dando la posibilidad a algunos que no tenían el ir pasando al grupo de los que ya disfrutaban de ellas.
Viendo la injusticia que imperaba se formaron asociaciones que no pertenecían al gobierno que reclamaban un reparto mas justo, (todos los miembros de estas asociaciones tenían una o varias habitaciones) pero debido a la presión que ejercían y de las habitaciones que quedaban libres, conseguían que alguna fuera a parar a aquellos que no tenían nada, a los que estaban en la calle.
Pero con el tiempo sucedió que como los que más tenían se iban quedando con mas, cada vez era más numeroso el número de personas que estaba en los establos o en la calle.
También entre los administradores había sus diferencias, pues alguno de ellos era tal su avaricia que destacaba con relación a los otros en él numero de habitaciones y eso dio lugar a enfrentamientos entre ellos.
La presión de los que nada tenían cada vez era mayor, por su numero y por que cada vez se mostraban mas críticos con el sistema.
 Y sucedió que entre las diferencias entre los administradores y la presión de los mas desfavorecidos provocó el enfrentamiento entre ellos lo cual dio lugar a la destrucción de la mansión, quedando todo en ruinas.
Cuando volvió el Señor y vió toda su posesión destruida, otros de se dijo: esta generación ha elegido mal y eso ha provocado el caos y la destrucción, construiré una nueva ciudad y daré la oportunidad a otra generación para ver si eligen con justicia a sus administradores y que estos sean capaces de organizar un reparto ecuánime.1

Y es que aunque generación tras generación, lo que se ha hecho es el NO REINO, siempre se queda un resquicio para la esperanza, porque el Reino no es solo la misión en nuestra vida, también es nuestro destino. Jesús en cierta ocasión dijo: “EL cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” Mt. 24-35. Todo esto tiene como conclusión de que el hombre en esta etapa de la vida solo tiene dos opciones, o participar en un mundo en el que la opresión y la injusticia se dan debido a las diferencias entre los hombres o construir el Reino de Jesús.

                                                                                                                                            





1 Para entender esta parábola, cambiar la palabra habitación por renta per capita.




LA TAREA INACABADA



¿Pero será posible algún día el Reino?, llevamos 2.000 años después de Jesús, y muchos mas antes, y todo parece ser que sigue igual, la opresión y la injusticia siguen, y la diferencia entre los hombres se mantienen, parece ser que los que mas tienen, cada vez tienen más y los que menos tienen, van aumentando y su situación en muchos casos mas deficitaria, todo esto hace imposible la justicia porque todo son “valores” antirreino.

Pero si el anuncio del Reino, se expresó muy claramente con Jesús, si que tenemos que tener claro que las claves del reino estaban anunciadas mucho antes y recogidas por escrito por los hombres de entonces. La Biblia es uno de los libros en los que se recogen esas claves desde sus comienzos, por eso a continuación voy a relatar una serie de pasajes en los que yo pienso en que se manifiestan esas claves del reino, para ello no voy a tener en cuenta si lo que nos cuenta la Biblia es histórico o no, sino que partiendo que a través de la Biblia, Dios nos está hablando, lo importante no es lo que dice, sino lo que transmite, es decir el mensaje que Dios nos manifiesta a través de esos libros.  

“Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó macho y hembra” Gen. 1, 27.
Es reconocer que Dios nos ha hecho a su imagen, es decir semejantes a Él, y que si somos semejantes a Dios, cuando en nuestra vida alcancemos la plenitud, es decir cuando el Reino se haya desarrollado totalmente, llegaremos a ser como Dios, porque nuestro destino es Dios y su Reino. También es un canto a la igualdad del hombre y la mujer, y es que si todos somos semejantes a Dios, no tiene por que haber diferencias entre los sexos, porque la diferencia del sexo es producto de la casualidad del espermatozoide que engendra la vida y que la casualidad no puede marcar una diferencia; tampoco tiene que haber diferencias entre los hombres, los que tienen y los que no tienen, porque en el Reino todos tendremos lo mismo y todos seremos iguales el día en que el Reino sé de en su totalidad.

“Mira al cielo, y cuenta si puedes las estrellas, así de numerosa será tu descendencia” Gen. 15, 5.
Aquí podemos ver un anuncio en el que dicen que la descendencia de Abraham será inmensa, y puesto que consideramos a Abraham como padre de los pueblos, es también un anuncio de que los destinados al Reino son infinitos, que el Reino no es un “chiringuito” al que solo puedan acceder unos pocos, sino que todos los hombres están destinados a Él, porque el Reino si es nuestra tarea, también es nuestro destino.

“No extiendas tu brazo sobre el niño” Gen. 22, 12.
Y Abraham siguiendo la tradición de sus mayores fue a ofrecer a su hijo primogénito en sacrificio a Dios, pero cuando llegó al lugar que había elegido para el sacrificio se dio cuenta de que Dios no es un dios de muertos, sino de vivos, y que no necesitaba la sangre de ningún niño; con esto nos podemos dar cuenta de que en el camino del Reino no lo podemos hacer sacrificando a nadie, porque todos tenemos un sitio en el proceso y en el resultado, es decir en el Reino.

“Alzó Abraham los ojos y vio tras sí un carnero enredado por los cuernos en la espesura.” Gen. 22, 13. 
Y es que si alzamos  nosotros los ojos un poco, es decir si ampliamos nuestro campo visual y de proceder, veremos una forma diferente de hacer las cosas, pero que nos acerca al Reino, porque nadie tiene la exclusiva sobre El y los caminos que llevan al Reino son infinitos.

“Veía Moisés que una zarza ardía y no se consumía” Ex. 3, 2
Y Moisés cuando estaba en el desierto, y pensando en la esclavitud que estaba sufriendo su pueblo, notaba que un fuego interno le abrasaba sin  consumirse, y entonces se dio cuenta que solo podría apagar ese fuego si emprendía el camino de regreso para liberarlo, y es que el proceso del Reino es el proceso de liberación de todas las esclavitudes que estén sufriendo los hombres y mujeres.

“Y Dios dijo a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.  Así responderás a los hijos de Israel: YO SOY me manda a vosotros.” Ex. 3,14
Aquí Moisés da el nombre a Dios más bonito, es la forma más perfecta de definir la inmensidad de Dios, porque el hombre a través de la historia ha tratado y trata de poner nombre a Dios, porque así con el nombre lo limitan, es decir tratan de limitar al Ilimitado, y es que hay que tener en cuenta en el proceso del Reino, no se trata de “limitar” a Dios a nuestra imagen y semejanza, sino ampliar al hombre a imagen y semejanza de Dios y entonces es cuando se dará el Reino en plenitud.

“Y he dicho: Yo os sacaré de al opresión...... y os guiaré a una tierra que mana leche y miel”.  Ex. 3, 17.
Y es que si somos capaces de salir de todas nuestras opresiones, nuestras necesidades estarán cubiertas, todos sin excepción seremos hartos, pero no sobrará, porque al “manar la leche y la miel”, quiere decir que los bienes necesarios para el hombre, serán para todos, sin distinción de raza, sexo o color.

“.... que de sus espadas harán rejas de arados, y de sus lanzas, hoces. No alzará la espada gente contra gente, ni se ejercitarán para la guerra”.  Is. 2, 4.
El hombre ha construido las armas para defender sus posesiones y privilegios, frente a los que carecen de ellos, emplea la guerra como beneficio de los poderosos, para seguir mantener el poder conseguido o adquirir mas, por eso el Reino no puede ser una conquista militar, sino el fruto del trabajo de cada uno, con el convencimiento personal de que es posible, la guerra entonces ya no será necesaria, no por miedo al poderío militar de los mas fuertes, sino por que no habrá diferencias que defender y nadie deseará mas poder y entonces “las armas se fundirán y se harán herramientas”.

“¿Qué es el hombre para que te ocupes de él, para que pongas en él tu atención?”  Job. 7, 17
Estando Job en sus tribulaciones, abandonado por todos, y en sus reflexiones, que en muchas ocasiones son cantos a la esperanza, se da cuenta de que el hombre es un ser muy importante dentro de los planes de Dios y es que el hombre es el instrumento destinado para realizar el Reino.

Jesús hizo que toda su vida pública fuese un anuncio del Reino, desde el mensaje que marcó el inicio de su predicación “arrepentíos que el Reino esta próximo”, continuando con las parábolas, que son la expresión por excelencia del Reino y culminando con su muerte, que fue la consecuencia lógica del enfrentamiento que suponía su vida y su mensaje frente a los poderes establecidos.

Yo soy consciente, de que podemos encontrar muchos mas anuncios sobre el Reino, y que no solo están en los escritos bíblicos, sino que Dios se ha y está manifestándose en todo momento y en todo lugar, y que este mensaje no es exclusivo del cristianismo, pero lo cierto es que yo que estoy inmerso en la cultura cristiana, es desde donde tengo que ir buscando los signos que me orienten, teniendo la completa seguridad de que no son los únicos ni los primeros, sino unos mas.

También constato que en el proceso del Reino, este no se hará realidad con la labor extraordinaria de ningún profeta o “enviado de dios”, sino que será la labor continuada de generación tras generación que va dejando un poso y construyendo  a su vez una memoria colectiva que hará posible un día la plenitud del Reino.
 
Con todas estas premisas veo un mensaje muy claro de Dios y una labor inacabada, porque o decimos que todo lo anterior es una mentira, y por lo tanto nuestra vida es un error o tenemos que seguir con nuestra vida el proceso de ir haciendo el Reino que Dios nos está transmitiendo a través de la historia. Es que si Dios desde el principio nos ha estado manifestando su Reino, nuestra vida pasará pero sus palabras no y un día se hará realidad ese Reino.
 
Mirad:
Unos jóvenes, buscando en las pertenencias que habían heredado de su padre, encontraron unas semillas de una planta tropical y desconocida allí, junto con las semillas encontraron las instrucciones para cultivar dicha planta.
Y se dijeron, alquilemos una finca y puesto que tenemos las instrucciones para cultivarlas, hagámoslo.
Y así lo hicieron, alquilaron una finca, plantaron parte de las semillas en un semillero, cuando habían crecido, las trasplantaron en la finca, siguiendo las instrucciones, las abonaban y quitaban las hierbas y las plantas crecían con vigor, cuando se hicieron grandes, y siempre según las instrucciones las podaron, siguiendo las formas allí descritas.
Pero sucedió, que el dueño de la finca se enfrentó en discusiones con el dueño de otra finca limítrofe, las discusiones fueron cada vez mayores, hasta que un día empezaron una guerra destruyendo mutuamente las fincas que encontraban en su paso y entre ellas la finca que cultivaban estos jóvenes quedó arrasada.
Cuando vieron todo destrozado, al principio se desanimaron, pero después analizando la situación se dijeron: Tenemos mucha semilla todavía, las instrucciones que nos dejó nuestro padre y la experiencia adquirida en todo este tiempo, pasemos toda esta información a nuestros hijos y animémosles a que cultiven esta planta.

                                                                                                                                                     



ARREPENTIOS QUE EL REINO DE DIOS ESTA MUY PRÓXIMO   



Al comienzo de su vida pública, Jesús lanzaba un mensaje: “Arrepentíos que el Reino de Dios esta próximo”.

Este mensaje que tiene dos partes, la primera es una llamada al arrepentimiento, a la conversión, porque no es posible acceder al Reino si no nos libramos de las ataduras de esta vida, pero teniendo en cuenta que el arrepentimiento conlleva de por sí de dos aspectos, uno el reconocer lo equivocados que vivimos, es decir nuestros pecados, y otro la intención de cambiar nuestras vidas, nuestras actitudes.

La segunda nos dice de la proximidad del Reino, esto a lo largo del tiempo se ha traducido de forma escatológica, el fin del mundo, a continuación el juicio y así los “buenos” irían al Reino, y esta traducción ha llevado a no sé cuantos augurios o profecías sobre el cuándo de este fin del mundo, y después  de 2000 años todavía no se ha cumplido, aunque siempre hay grupos que lo esperan. Pero Jesús cuando dijo lo de “próximo”  se refería  a próximo en el tiempo o a próximo en la distancia.

Y es en la respuesta que demos a esta pregunta dónde encontraremos la respuesta, porque el Reino no es una cosa etérea que esta en no sé dónde y que accederemos después de la muerte, sino que el Reino somos nosotros, lo único es que tenemos que desarrollarlo, por eso está muy próximo, tan próximo que somos parte.

Y es que el Reino en su plenitud no vamos a acceder después de una destrucción de esta vida, el Reino no va a ser impuesto por Dios después de pasar por un juicio sobre nuestras vidas, sino que al Reino solo llegaremos después de nuestra conversión, porque el Reino en su plenitud no es un regalo sino el fruto del trabajo día  a día  de nuestra dedicación y nuestro compromiso para eliminar todas las desigualdades existentes entre los hombres, que son lo que impiden ese desarrollo del Reino.

Por eso puedo decir que el Reino esta muy próximo, porque esta en nosotros, y nuestra generación y muchas otras generaciones venideras no lo veremos en plenitud, pero el hacer nuestro de cada día en el camino de la justicia hace posible abrir caminos por los que un día sea posible alcanzar el Reino en su total plenitud, y entonces todas las generaciones que les hemos precedido disfrutaremos también del Reino.

Mirad:
El grano de trigo es trigo, pero solo desarrollará la espiga de trigo si cae en terreno fértil, recibe la humedad necesaria y puede asimilar los nutrientes suficientes para que desarrolle la planta que ha de producir el fruto es decir el trigo. Así nosotros que somos reino, también tenemos que caer en un “terreno fértil,” recibir la “humedad” y los “nutrientes” necesarios para que podamos desarrollar el Reino en plenitud.


EL REINO   


No habrá ya noche, ni tendrá necesidad de luz de antorcha, ni de luz de sol, porque el señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos.   Ap. 22-5

Es difícil poder hablar del Reino, porque escapa a nuestros conocimientos, por estar mas allá de nuestros limites, pero pienso que nuestra vida no tendría sentido sino la dirigimos hacia ese Reino del que Jesús nos habló, y que para ello tuvo que emplear parábolas para poder explicárnoslo, precisamente por esas dificultades del idioma, y al que El dedicó y dio su vida para proclamarlo.

Partiendo de mi convencimiento de que el Reino hay que hacerlo aquí en la tierra, pienso que cuando el hombre llegue a la situación de justicia e igualdad, tal y como defino en el apartado de la esperanza, tiene que haber una forma de que superen sus limites de tiempo y espacio para integrarse con Dios, hay que tener en cuenta que no podemos hacer un Reino de Dios sin Dios, y así entonces todos los que les hayamos precedido podamos participar también de ese Reino.

Pero ¿quienes están llamados al Reino?, ¿solo los justos?, pues no, pienso que todos los hombres sea cual sea su trayectoria en esta vida participarán del Reino, porque ¿puede Dios castigar con penas atémporales a los hombres que hayan pecado, teniendo en cuenta que sus faltas por muy gordas que sean son temporales?, sería totalmente injusto, lo que no quiero decir que los que hayan fallado no tengan su castigo, pero nunca fuera del tiempo.

   Mirad:  El agua está en el mar, se evapora, se condensa y cae en forma de lluvia, pero esa agua parte discurre por los ríos y termina en el mar, otra parte cae en la tierra, y va discurriendo por el subsuelo y mas tarde o temprano termina aflorando para terminar en el mar, porque el agua es del mar y a él vuelve
               Así el hombre que proviene de Dios, caminará en el proceso de la vida de una manera mas o menos justa, pero al final de una manera directa o indirecta terminará con El, porque somos de Dios, y en El tenemos que concluir.


                                                                                     jvidalte@yahoo.es)